No ponga todos sus huevos en la misma canasta
Su cadena de suministro con América Latina
debe colocarse en una base más estratégica lo antes posible
debe colocarse en una base más estratégica lo antes posible
Es probable que la agenda de Estados Unidos dé prioridad a su relación con América Latina. Las relaciones políticas actuales entre Asia y los Estados Unidos y el impacto económico de la pandemia Covid-19; podrían poner en peligro la cadena de suministro. Es hora de volvernos hacia nuestros vecinos latinoamericanos y consolidar las relaciones comerciales y de negocios.
Estos son problemas graves, y pueden mitigarse en gran medida con desarrollos de respuesta en la región de nuestros vecinos del sur. La oportunidad de un cambio de paradigma positivo en las relaciones hemisféricas después de la pandemia, coloca los lazos entre Estados Unidos y América Latina en una base más estratégica para responder a los desafíos del siglo XXI.
China, por supuesto, está alcanzando sus acuerdos con países latinoamericanos a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y la Asociación Económica Regional Integral (RCEP), y está invirtiendo en los sectores de telecomunicaciones e infraestructura. Sin embargo, la mayoría de los países de la región parecen estar lidiando con China con «los ojos bien abiertos», con una perspectiva transaccional sobre el valor de las inversiones chinas en sus países y evitando en gran medida nuevas relaciones estratégicas, lo que podría afectar sus lazos con Estados Unidos.
La economía de América Latina también es más que una envejecida base industrial y exportaciones de productos básicos. Los primeros meses de la pandemia Covid-19 demostraron hasta qué punto las principales corporaciones y sectores económicos dentro de los Estados Unidos dependen de una sofisticada cadena de suministro con México que respalda a las empresas de electrónica, de defensa, de farmacéutica y a las industrias automotrices y de aeronáutica.
Empresas multinacionales latinoamericanas como América Móvil, Mercado Libre de Argentina, Nubank de Brasil y Rappi de Colombia son cada vez más competitivas en la economía digital global. En 2019, Brasil ocupó el tercer lugar a nivel mundial en el número de sus empresas que alcanzaron el estatus de unicornio (valorado en un millardo de dólares o más), después de Estados Unidos y China. El sector bancario de América Latina es sólido y el de más rápido crecimiento en el mundo. Las empresas mineras, energéticas y agrícolas de la región como el gigante del cobre de Chile Codelco, la colombiana Ecopetrol y el productor brasileño de carne y aves de corral JBS, continúan modernizando sus operaciones y compitiendo a nivel mundial.
Lo anterior puede parecer una agenda demasiado ambiciosa. Sin embargo, si no se llega, se corre el riesgo de dejar a la deriva las relaciones entre Estados Unidos y América Latina en un momento histórico en el que nuestra influencia ya no puede darse por sentada; cuando existen presiones económicas, sociales y políticas significativas sobre los gobiernos regionales; y cuando China ofrece una visión competitiva sobre el desarrollo económico y la cooperación global. No parece demasiado pedir que las relaciones entre Estados Unidos y América Latina se coloquen en una base más estratégica lo antes posible, tal como lo está haciendo la administración del gobierno con partes del mundo mucho más alejadas de nuestras costas.
James DeMers
Asesor de las Américas
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